Bienvenid@ a la pequeña y escurridiza frontera entre el minicuento, la minificción y la poesía.
¿Puedes reflexionar, desaprender, perderte y volver a encontrarte desde lo breve?
En la brevedad siempre hay desconcierto

domingo, 20 de junio de 2010

Luisa escogió las trampas. Le gustaban los juegos, los defectos, las cosas inconclusas. Creía que en los detalles y en las palabras mal pensadas estaba la belleza. En las frases poco felices encontraba el placer más exquisito de la vida. Por eso admiró ese último día el gesto melancólico de su marido, guardado en un puño, inacabado, resignado, pero bello al fin. Martín, su hombre, decididamente la llevó a la tumba después de 25 años de matrimonio. Y Luisa disfrutó como nunca ese día lleno de malas jugadas, aunque fuesen las últimas a las que le apostara, por lo menos aquí en la Tierra.

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