El apocalipsis de tus labios culminó con la promesa bendita que te hicieron mis manos
Los ocasos tristes, como los de estos días, me recuerdan que sigo en deuda contigo y que por eso tus labios siguen sellados
Bienvenid@ a la pequeña y escurridiza frontera entre el minicuento, la minificción y la poesía.
¿Puedes reflexionar, desaprender, perderte y volver a encontrarte desde lo breve?
En la brevedad siempre hay desconcierto
En la brevedad siempre hay desconcierto
martes, 30 de marzo de 2010
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