Bienvenid@ a la pequeña y escurridiza frontera entre el minicuento, la minificción y la poesía.
¿Puedes reflexionar, desaprender, perderte y volver a encontrarte desde lo breve?
En la brevedad siempre hay desconcierto

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Sus manos, aunque eran pequeñas, lograron alcanzar mi piel...
Y sus ojos, llenos de noche, se extraviaron entre mis labios.
Lo único que se mantuvo intacto en ese delirio fue la mentira, que venció cualquier esperanza de un nuevo encuentro.

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