Bienvenid@ a la pequeña y escurridiza frontera entre el minicuento, la minificción y la poesía.
¿Puedes reflexionar, desaprender, perderte y volver a encontrarte desde lo breve?
En la brevedad siempre hay desconcierto

martes, 11 de diciembre de 2007


Afilibas tus palabras cada mañana y hacía daño. Otros días preferías usar el veneno en el café o en la mermelada, eso hacía menos daño. Pero los días pasaron y ya no podía medir si usabas tus palabras cortantes o tu veneno mañanero, porque todo dolía igual.

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