Que se levanten los gigantes del alma
y que se imponga la gloria
por la victoria del que más resista la ausencia
o por la dorrota del que se rinda ante ella.
Bienvenid@ a la pequeña y escurridiza frontera entre el minicuento, la minificción y la poesía.
¿Puedes reflexionar, desaprender, perderte y volver a encontrarte desde lo breve?
En la brevedad siempre hay desconcierto
En la brevedad siempre hay desconcierto
domingo, 3 de mayo de 2009
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